lunes, 6 de febrero de 2012

CORAZÓN Y CABEZA

El deporte tiene ese no se qué de superación, de reto, de corazón en una palabra, más allá del entrenamiento, del esfuerzo, de la constancia, que lo hace apasionante en muchos casos.
Y un buen ejemplo es el de la información que aparece en esta página. Luis Alberto Hernando, un deportista que lo ha ganado prácticamente todo en las carreras por montaña, con ese afán, ese gusanillo de superarse a sí mismo, se había planteado un reto casi sobrehumano en los Andes. Alejado de los flashes, del deporte de élite y mediático, Hernando se planteó, lisa y llanamente, un intento de superar sus límites, una hazaña que para el común de los mortales, solo de pensarla, nos deja atónitos.
No pudo ser, el cansancio y la altura pudieron más, y eso que estuvo cerca. A veces el cuerpo dice basta, y ante eso no se puede hacer nada. Surge, seguro, en la cabeza de Luis ese “Y si…”. Y si lo hubiera preparado mejor, me hubiera dosificado más, estuve a solo cien metros de la cima… Muchos interrogantes que dejan esa duda torturadora de si realmente lo pudo lograr.
Pero el éxito, la gran victoria que le tiene que dejar todo esto, es el haber sabido anteponer la cabeza. Por lo que cuenta, con ese agotamiento extremo típico en la alta montaña, en la que cuesta no ya hacer un esfuerzo, sino solamente razonar, tuvo la lucidez, ayudada por ese guía argentino, que seguro que ha visto muchas situaciones parecidas, de dar la vuelta, de olvidar el récord y evitar una situación que pudo complicarse hasta el punto de poner en peligro su vida.
Habrá más oportunidades, para intentar de nuevo el Aconcagua y para otras muchas carreras y retos, y lo mejor es que con su decisión se aseguró que siga habiendo esas oportunidades, esos retos que motivan, que son muchas veces. Un modo de vida para el deportista.
No hubo récord, pero sí un esfuerzo titánico, del que debe estar orgulloso, y por encima de eso, un sentido común para tomar la decisión correcta. La tristeza por volver sin el objetivo en la mochila pasará, espero que pronto, y queda una experiencia de la que aprender para siempre y muchos otros retos por delante. Por eso, solo le puedo dar una gran y sincera enhorabuena totalmente sincera. Ánimo y a por la próxima.
Alfonso Herrán

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